Mies van der Rohe. Europa.

Mies no se construyó una casa para él, vivió durante años en un hotel de Chicago, según él mismo, vivir, se vivía mejor en los hoteles…

Era un hombre serio, elegante, de pocas palabras y dicen que siempre estaba ensimismado. Disfrutaba de la soledad, de sus puros Montecristo, sus martinis y siempre vestía trajes oscuros de Knize (www.knize.at), daba igual si estaba haciendo dirección de obra o visitando monumentos en Grecia. Muy distinto a Le Corbusier, del que existen fotos dibujando en su estudio con traje y pajarita o pintando desnudo. 
Vivió durante 3 años en hoteles de Chicago hasta que se instaló en un edificio de 6 plantas conocido como Campbell Apartments y aunque se mudó durante un breve periodo a sus torres en Lake Shore Drive, a unas manzanas de los Campbell, volvió a este edificio donde vivió hasta que murió. Muchos consideran irónico que no viviese en uno de sus edificios, a lo que él respondía que prefería ver desde la ventana sus torres de Lake Shore y no estar "atrapado en ellas". 

La frase "menos es más" por la que se le conoce, no es suya, parece que es de un poeta alemán (Christoph Martin Wieland), pero sí describe muy bien su forma de entender la arquitectura: formas sencillas, ausencia de ornamento, dominio de las proporciones y del proceso constructivo, y elegancia en la elección de materiales que remataba con gran precisión.

Dijo que la arquitectura comenzaba en el momento que se ponían dos ladrillos juntos con esmero, y es que Mies no era uno de esos arquitectos charlatanes y  aficionados a discusiones estéticas y funcionales, filosofar lo justo, por lo menos en público. 
Resumir la producción de Mies van der Rohe es realmente complicado y hay mucha información sobre la misma. Os voy a contar anécdotas de cómo era Mies y sus "manías" y ya entenderéis por qué os las cuento…

Cuando era profesor del IIT (Illinois Institute of Technology, en Chicago), enseñaba a sus alumnos a afilar el lápiz y después a trazar diez líneas paralelas en 1 milímetro (y yo me quejaba del sombreado que tenía hacer de El Escorial, 3 líneas por milímetro… la época de los rotrings, luego llegó el Autocad). Su objetivo era conseguir la unión perfecta a lápiz de dos líneas en ángulo recto, no existía otro ángulo para él.

Recuerdo una conferencia de Sáenz de Oiza en la Escuela de Arquitectura de Madrid, con esas gafas que tan pronto estaban en la frente, como en los ojos, y hablando, apasionado como era él, sobre Mies. Para Oiza. Mies era un artista de la forma, encontró la forma perfecta, en cada proyecto la perfeccionaba, pero era siempre una caja de vidrio. Lo contaba tan divertido Oiza... decía que Mies era capaz de hacer coches con ruedas cuadradas y luego ponerles un cohete en el culo (lo decía así…) para que se movieran. ¿Por qué decía esto?, porque su arquitectura iba en contra de la función, si diseñaba un auditorio, estos tenían una acústica pésima, con avances tecnológicos se podía conseguir que "funcionaran", había que llenarlos de altavoces, micrófonos y falsos techos para que "funcionasen". Era muy apasionado Oiza, ya os lo he dicho... Una frase que siempre repetía era "Si se ignora al hombre, la arquitectura es innecesaria". Cuando te entraban dudas de por qué tenías que estudiar ampliación de física, tras una de sus conferencias, estas dudas se disipaban. 

Keatinge-Clay, un arquitecto europeo que desarrolló su carrera en Estados Unidos,  sobre todo en la Bahía de San Francisco, y que vivió muchos años en Mijas dedicado a la escultura, decía de Mies que siempre se fijaba en la parte trasera de los edificios, que en Chicago es donde están las escaleras de incendio.  Mies decía: "Este es el diseño más anónimo que hay, el más barato y más funcional y, por lo tanto, el más elegante". 
Para algunos entendidos está sobrevalorado, un arquitecto de primera fila que se salta la función obsesionado con una forma que califican de simple y alejada de la realidad, no coincido. Por ejemplo, en todas las Escuelas es de obligada lectura el libro de Aldo Rossi "La arquitectura de la ciudad", lo empecé no sé cuántas veces y me pareció infumable. Escrito antes de que construyera casi nada, si tenéis interés en saber lo que hacía Aldo Rossi: (arquitectura de Aldo Rossi)... en fin!. Cuando estuve en Chicago y vi la Escuela de Arquitectura pensé: simple?, era SU caja de vidrio, y no podemos olvidar el contexto en el que Mies desarrolló su carrera.

En sus comienzos su arquitectura era correcta, propia de alguien que había aprendido el oficio como aprendiz de cantero en el taller de su padre y posteriormente en un taller de estucos para el que tenía que dibujar detalles grandes en paredes y en techos, todo a tamaño natural. Podían ser tipo Luis XIV, Renacimiento o Gótico. 
Por fin dejó su ciudad natal, Aachen, y se fue a Berlín donde colaboró primero con Bruno Paul para el que diseñaba principalmente muebles. Después trabajó en el estudio de Peter Behrens donde conoció a Walter Gropius y a Le Corbusier. Peter Behrens desarrolló un estilo geométrico y austero que con el tiempo se impondría como el arquetipo de la arquitectura industrial y fue un pionero en la implantación de nuevos materiales y técnicas constructivas. Un ejemplo de su arquitectura es la nave de turbinas para la AEG (1909) en Berlín, construida en hormigón colado, acero visto y grandes cristaleras de vidrio plano, La Turbinenfabrik AEG es "la" nave industrial y uno de los edificios más emblemáticos del siglo XX.

Mies fue adquiriendo prestigio con  sus primeras obras que fueron creadas en una época en que actuaba como aprendiz o colaborador y muchas decisiones no era solo tomadas por él. A los 21 años recibió su primer encargo, la casa de los Riehl  (1907) con muy buenas críticas. Os sorprenderá:

Tras la I Guerra Mundial, comienza a desarrollar sus proyectos más interesantes, muchos de los cuales no se llegaron a construir. Su periodo europeo y el americano tienen en común la aplicación de la tecnología para definir la arquitectura, así como el uso que da a los materiales, los cuales llegan a condicionar el espacio hasta el punto de diseñar por ejemplo el Pabellón de Barcelona en función de la altura de un muro de ónice que utilizó para el mismo. 
Otra característica importante de su arquitectura es que se produce en planos horizontales, prevalece la dimensión horizontal sobre la vertical, el espacio crece horizontalmente prolongándose hacia el exterior, y esto ocurre tanto en las viviendas como en los rascacielos que los concibe como bandejas apiladas. Sus proyectos vienen definidos además por la presencia de un techo homogéneo y continuo y por la separación del suelo, crea su proyecto sobre una base separada del "lugar". Mies con una maqueta de la casa Farnsworth en Estados Unidos:

Rara vez utiliza superficies curvas, sus proyectos se ordenan mediante un esqueleto ortogonal, el ángulo recto (90º) es una constante. No limita los ambientes, al contrario, el espacio es fluido y abierto. En las viviendas de Mies el patio por ejemplo, no lo encuentras ubicado de la forma tradicional, él los desplaza hacia el perímetro, hacia las esquinas, creando una especie de doble fachada ya que los patios suelen estar cerrados y a ellos se accede a través de un paramento acristalado. Pabellón de Mies en Barcelona:

Tres de los proyectos europeos más importantes que el arquitecto realizó antes de instalarse en Estados Unidos fueron:

Las viviendas experimentales Weissenhof (Sttutgart 1927). Fue como un "laboratorio" y formaban parte de un proyecto urbanístico ambicioso en el que se pretendía realizar una serie de diferentes prototipos de viviendas en los que experimentar con los nuevos materiales y técnicas de construcción. Mies fue el encargado de diseñar el plan maestro, y participaron los arquitectos más destacados de Europa como Walter Gropius o Le Corbusier. Aprovechando el déficit de viviendas en el municipio, el Ayuntamiento  cedió un terreno de su propiedad en lo alto de una colina, financiando además las edificaciones con la única condición de que, concluida la exposición seis meses después, las viviendas revertirían al municipio que las alquilaría a vecinos de la localidad. 

De aquel conjunto urbanístico sólo se conservan once edificaciones, ya que las restantes quedaron destruidas en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. De las conservadas, el grupo más amplio corresponde a las diseñadas por Mies van der Rohe. El edificio de Sttutgart tenía cuatro pisos de viviendas en las que el arquitecto utilizó el sistema de construcción en esqueleto de acero, propio de las fábricas. Esta construcción fija únicamente la ubicación de la escalera, las cocinas, los baños y las ventanas. La distribución de cada vivienda era libre, a gusto del propietario que podía decidir tabicarlo o dejarlo diáfano.

La vivienda proyectada por Le Corbusier es actualmente un museo (www.stuttgart.de: Weissenhof), en la foto siguiente podéis ver a Mies y a Le Corbusier (con gafas), y el museo a la derecha (obra de Le Corbusier):

Según Mies van der Rohe, "es más difícil diseñar una silla que un rascacielos". Entre 1927 y 1931, el mobiliario que creaba para cada proyecto marcó el futuro del diseño, ya lo iréis comprobando... El atractivo de los muebles de Mies se basa en las mismas premisas que su arquitectura, formas simples, detalles y proporción muy cuidados y uso de materiales refinados. A lo que hay añadir  la gran solidez de sus sillas ya que Mies era un hombre corpulento. Para este proyecto diseñó su primera silla en suspensión, la Silla Weissenhof, el acero tubular se convirtió en un material estándar en la producción de muebles.


El pabellón alemán de la exposición de Barcelona de 1929. Se pensó como un pabellón que no contenía nada, la intención era que fuese en sí mismo el objeto a exponer. El día de la inauguración aparece en Montjuïc una burguesía sorprendida, dicen que Alfonso XIII, entonces rey de España, así lo expresa preguntando: Esto ¿para qué sirve?, a lo que Mies le contesta: Para ser bello y representar.

Fotografías de Josep Brangulí (wikipedia.org: Josep Brangulí i Soler) el día de la inauguración:

Alfonso XIII con Mies:

Mies distinguía claramente los elementos portantes (soportan carga) de los paramentos libres de carga. Como ya os conté, decidió la distribución de la planta en función de las dimensiones y propiedades de un solo elemento, el bloque de ónice que además definió la altura del Pabellón. La cubierta continua es soportada por pilares cruciformes (fotografía de la izquierda), y los planos verticales no llegan a cerrar por completo ningún espacio, son de cristal y aplacados de mármol. Forman corredores laterales que comunican el espacio interior con el exterior. En este hay dos patios, ambos con estanques cerrados por un muro que los relaciona con las zonas cubiertas. En la siguiente maqueta se aprecia muy bien, la imagen es de la Fundación Mies (www.miesbcn.com)

Respecto al muro de ónice se dice que Mies visitó un almacén en Hamburgo y mantuvo la siguiente conversación: 

"¿Dígame, no tienen algo realmente hermoso? (pensando en la pared exenta), y le dijeron: Bueno, tenemos un gran bloque de ónice, pero está vendido para hacer ánforas para el comedor de un transatlántico. Así que dijo: Oiga, déjeme verlo, y al momento gritaron: "No, no, no, no, eso no se puede hacer por el amor del cielo, no debe usted tocar esa maravillosa pieza". Pero él dijo: Usted deme un martillo y verá lo que sabemos hacer en mi casa. 
Con muchas reticencias le trajeron un martillo, tenían curiosidad por ver si iba a hacer saltar una esquina. Pero no, golpeó fuerte el bloque una sola vez, justo en el medio, y se desprendió una delgada lámina del tamaño de su mano. ¡Pulan eso en seguida!, quiero verlo. Y así decidió usar el ónice". Una instalación del Estudio SANAA quizá os ayude a los que no lo conocéis:

Más fotos:

Cuando finalizó la ex­po­si­ción el Pa­bel­lón se des­mon­tó, la es­truc­tura me­tá­lica fue ven­dida allí mismo, y las pie­zas de mármol de­vu­el­tas a Ale­ma­nia. Con el paso del tiempo esta obra fue ga­n­ando re­co­no­ci­miento como un re­fe­rente de la ar­qui­tec­tura del siglo XX. Desde 1954, y por ini­cia­tiva del ar­qui­tecto Oriol Bohigas, se em­pe­zó a ge­star la idea de re­con­struirlo en el em­plaza­mi­ento ori­gi­nal, pero la situación política no era propicia y esta ini­cia­tiva se ma­te­ria­li­zó en la dé­cada de los ochenta.

La escultura que podemos ver en la actualidad es una reproducción en bronce de la que realizó Georg Kolbe, artista contemporáneo a Mies. Está perfectamente situada en un extremo del estanque pequeño, en un punto donde no solamente se refleja en el agua sino también en el mármol y en los cristales, dando la sensación de que se multiplica en el espacio contrastando sus curvas con la geometría del edificio. Este juego de reflejos es una constante en todo el Pabellón. 

Silla Wassily

Mies van der Rohe diseñó, especialmente para este Pabellón, la Silla Barcelona, de piel y perfil metálico. Un icono del diseño moderno que todavía se produce y comercializa. La silla Barcelona es, junto a la Silla Wassily de Marcel Breuer, quizá el mueble más famoso de todos los diseñados en el s. XX. Es la empresa Knoll (www.knoll.com: Mies), con especificaciones claras de Mies y tras un ajuste en el diseño en 1950 para "su fabricación en masa", quien la comercializa. Si podéis pagar los casi 3000 euros de la versión original más económica... aunque siempre se puede recurrir a las réplicas que desde 600 euros se pueden encontrar en la red, no es una silla cualquiera, y en palabras de Mies, la diseñó pensando en "una silla importante, una silla muy elegante y costosa". No podía ser como una silla para la cocina". No sé lo que le parecería a Alfonso XIII.

En esta construcción todo tiene su lugar exacto, el mobiliario, los materiales, los ensamblajes, todo está perfectamente ajustado, hasta el veteado de la piedra natural. No os lo perdáis si visitáis Barcelona. Aquí unas fotos de Mies dirigiendo la obra:

Para terminar con el Pabellón, fijaos en el que se construyó para la Exposición Internacional de París en 1937, del arquitecto nazi por excelencia: Albert Speer.

El tercer proyecto coincide en fechas con el de Barcelona, la Villa Tugendhat, en Brno (República Checa), construida entre los años 1928 y 1930, y que será la última construcción importante de Mies en Europa. La he elegido, junto con la Colonia Weissenhof, porque son las que me gustaría visitar. Amigos me han dicho que ninguna fotografía le hace justicia.

El empresario Fritz Tugendhat y su esposa Grete, sobre todo ella que había vivido en Berlín y conocía la obra de Mies, le encargaron al arquitecto la construcción de su nueva casa en Brno dándole carta blanca, Mies eligió cada detalle visible. Su gran atractivo reside en cómo Mies concibe la vivienda como un espacio en el que los usos se diferencian sin necesidad de separaciones ni muros. La villa se encuentra en una pendiente y mientras que la fachada por la que se accede da a la calle y la aisla de la misma, la fachada opuesta ofrece unas vistas espectaculares del casco antiguo de la ciudad. 

En la planta superior se encuentra la zona privada con los dormitorios y un acceso a la azotea. Bajando una escalera que sigue la curvatura de una pared de vidrio opaco, se llega a la planta principal. 

Esta es una estancia con zonas independientes entre sí que se transforman según su función: la sala de estar, el comedor, un espacio de trabajo con biblioteca, una zona de asientos, una sala de proyección de películas... Además de los soportes cruciformes y cromados que utilizó en Barcelona, de nuevo separa espacios que no se cierran del todo con pantallas de piedras naturales, de nuevo utiliza un bloque de ónice que se extiende en paralelo a lo largo de la Villa y separa la zona de trabajo de la sala de estar. La zona del comedor se preserva del resto con un tabique semicircular revestido de madera de ébano de Macasar (Indonesia). Unas cristaleras sobre marcos de acero abren la casa hacia la ciudad y hacia el jardín. Una parte de ellas se ocultan en el suelo mediante un mecanismo eléctrico. El suelo era continuo de linóleo blanco, Mies quería una superficie sólida y esto no se lo daba el parquet. 
La villa costó una fortuna, solo el valor del bloque de ónice era lo que en la época se destinaba a la construcción de una vivienda.

En este proyecto y en el de Barcelona colaboró con él Lilly Reich, que merece junto con otras mujeres de la Bauhaus un capítulo aparte. Ambos diseñaron la Silla Brno, la Silla Tugendhat, que creo que ya no es fabricada por Knoll, una mesa de cristal y hasta un "home cinema".

La lámpara más conocida de la villa no es suya, se trata del modelo  PH-Glass Pendant, de Henningsen , es de 1926 y se sigue produciendo.

En Tugendhat diseñó hasta los topes para las puertas:

Mirad qué diseños y no olvidéis de qué época hablamos... Los Tugendhat no pudieron disfrutar mucho de su vivienda, siendo judíos tuvieron que emigrar en 1934 huyendo del régimen nazi. La Villa fue ocupada por la Gestapo primero (usada como oficina de la fábrica de aviones y armamento Messerschmitt) y por los soviéticos después (era uno de sus cuarteles generales). Después de la guerra, la casa fue utilizada como escuela de baile y como centro de rehabilitación para niños con problemas en la columna. 

En 1993, Václav Klaus y Vladimír Mečiar, primeros ministros checo y eslovaco, se reunieron en esta Villa para ajustar la división y límites de las dos nuevas repúblicas en que se convertiría Checoslovaquia. Finalmente, en 2007, la Villa volvió a manos de la familia Tugendhat, quienes han llevado a cabo su restauración que finalizó este mismo año.

Mies dirigió la Bauhaus después de Gropius y Hannes Meyer. Este último la politizó tanto que Mies tuvo que convencer a los nazis de que la Escuela se podía "reconducir" y tuvo que negociar para salvarla. Mies era apolítico, más bien no tenía ganas de líos, así que hizo una criba de alumnos y profesores y examinó personalmente a cada aspirante. En esa época abandonó a su mujer por Lilly Reich, profesora de Interiorismo en la Escuela y que aportó mucho a la carrera de Mies.

Philip Johnson, con el que trabajaría y que organizó las visitas de Mies y de Le Corbusier a América, intentó convencer a Mies de que fuera el arquitecto del Tercer Reich. Pero Hitler, que quiso ser arquitecto pero no tenía talento para ello, prefería los mamotretos, y finalmente se decidió por Albert Speer, del que ya os he enseñado una muestra de lo que hacía... 

Mies no salió corriendo hacia América pero tampoco tenía encargos y la Bauhaus finalmente fue cerrada por los nazis. De hecho tuvo que volver a Alemania y se encontró con que se relacionaba toda vanguardia con judaísmo y comunismo. Tanto se asustó, que envió a un amigo a la comisaría para recoger su pasaporte y visado para volver a América. Cuando su amigo regresó con el pasaporte, se encontró a Mies a punto de ser arrestado por la Gestapo por estar sin este. Esta vez sí salió corriendo, dejando familia y a Lilly Reich. Ella se ocupó de guardar todo lo que había en el estudio de Mies y gracias a Lilly hoy existe un gran archivo del arquitecto.

En América conoció otras mujeres de las que se enamoró pero nunca vivió con ellas.  Dicen que no soportaba vivir acompañado. Cotilleos para descansar porque nos queda América... Pero no será hoy. Vídeos de cada proyecto.



Buen día!