Crocheting Christmas

Cuando vi la foto del reno que ilustra la portada me dije “este abnegado reno está como yo pensando: ¡ya está aquí otra vez…!” No, no me encantan las navidades pero soy fan de los Reyes Magos y volveré a ver “Qué bello es vivir”, sobre la que uno de nuestros blogueros, El Verdugo, escribió el año pasado (it's a wonderful life), bueno en realidad acabó escribiendo de El Gran Lebowski, pero eso es lo grande de nuestros blogueros. 
Este blog que es sobre todo de crochet aunque a veces no lo parezca, me hizo buscar detalles de punto y crochet para el clásico de las navidades, el árbol de navidad. ¿Ya lo tenéis hecho verdad?, bueno pues hoy os dejo algunas ideas para el año que viene…

Hace ya dos años que nuestra Personal Shopper publicó una entrada dedicada a las bolas, y no solo de navidad, (navidad... ¡en bolas!), un éxito que tuvo y sigue teniendo muchas visitas. Y ya me toca, si hay que escribir sobre crochetear la Navidad, yo lo hago, ¡a mí manera claro¡. Y aunque confieso que no me entusiasman los adornos navideños realizados en punto o crochet, me ha sorprendido lo que he encontrado, detalles preciosos que podéis encontrar en tiendas especializadas, sin duda los más bonitos son los de Comercio Justo. 

Como decía, las navidades unos las viven como estos renos con cara de “¡ay! que ya está aquí otra vez”…

Y otros con el entusiasmo de este divertido pingüino del que hablaremos un poco más adelante:

Nunca me había planteado averiguar de dónde vienen las tradiciones decorativas navideñas, y sigo sin la certeza de haberlo descubierto porque están rodeadas de leyendas. A pesar de las diferencias culturales y climatológicas, una de las tradiciones navideñas más universales, el árbol, parece claro que tiene origen alemán, y que los sopladores de vidrio de los pueblos fronterizos de Alemania con la antigua Checoslovaquia, fueron los  primeros en decorar sus árboles con cuentas de vídrio. En el siglo XVI las hacían para tarros de botica y botellas, para copas, lámparas y para decorar vestidos entre otros fines. Estas, unidas formando una especie de cadena, y ya con forma de bola, se utilizaban para decorar los árboles.

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En lo que todos coinciden es en que fue en Lauscha donde nacieron las primeras bolas de cristal. De hecho en la página oficial de la ciudad (www.lauscha.de) cuentan que fue fundada por dos sopladores de vidrio que pidieron permiso para instalarse en la zona porque esta disponía de las materias primas necesarias para esta técnica que a mí me parece magia.

He leído que el soplado de vidrio, tal y como se hacía en esa época, daba mucha sed, y los trabajadores tomaban unas cervecitas durante su jornada laboral para calmarla. Así que al final del día acababan achispados como diría nuestra Personal Shopper. Esta “alegría” hacía que los sopladores de vidrio jugaran a crear la cuenta de vídrio más grande antes de que estallase el mismo. Sus esposas las recogían y decoraban con una solución de nitrato de plata llevándolas después a los mercadillos donde las vendían. Otras fuentes dicen que eran los propios sopladores de vidrio los que las decoraban con la plata y agua azucarada. El caso es que en Lauscha había muchos talleres de soplado de vidrio en los salones de las viviendas de los que se dedicaban al soplado manual de vidrio, esto sí es cierto, lo demás seguro que es leyenda, pero a mí me ha gustado la leyenda.

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En el siglo XVIII la técnica del soplado de vidrio mejoró y este se podía hacer mucho más fino y con formas diversas sin que estallase. Además de la decoración con nitrato de plata, las "bolas" se realizaban con formas de frutas y nueces. Se hicieron muy populares y se exportaban a toda Europa, tanto las bolas de cristal como la técnica. Dicen que fue un soplador de vidrio que no podía permitirse estas formas tan elaboradas quien creó simples bolas huecas. El caso es que es en esta época cuando de verdad comenzó el comercio de las bolas de Navidad, desde 1860 se hacía catálogos de juguetes en los que además aparecen estos adornos navideños. Y aunque sopladores de vidrio de otras ciudades comenzaron también a hacerlas, fueron las fabricadas en Lauscha las que F.W. Woolworth (1852-1919) exportó a América en 1880. 

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Woolworth era un comerciante neoyorquino que promovió la compra de productos directamente a  los fabricantes, y las descubrió en un viaje a Alemania. Hizo una fortuna exportándolas a los Estados Unidos, su inversión inicial de $25 se convirtió en millones de dólares en pocos años. Sus tiendas de “cinco y diez centavos” se hicieron pronto populares no solo en Nueva York, y a la primera que abrió en 1879, le siguieron las más de 500 que tenía en 1911. Poco después construyó el edificio Woolworth en Nueva York que costó una fortuna ($13, 5 millones) y que en ese momento era el edificio más alto del mundo. Sí, me disperso… el caso es que desde que comenzó a exportarlas, en menos de 10 años, hacía pedidos de más de 200 mil adornos. 

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En el siglo XIX, en la región de Bohemia, se hacían unos adornos de gran calidad. Son muy famosos, y diferentes, son los de la ciudad de Gablonz en la república checa. Parecen más una joya que un adorno navideño, pequeñas cuentas y tubitos de cristal alineados creando estas formas fantásticas:

Y dicen que los vendían más baratas que los alemanes, y luego llegaron los japoneses que las hacían más baratas que los checos... El caso es que en el siglo XX ya todos se lanzaron a fabricar adornos navideños, como estos de 1930 hechos en Estados Unidos:

O estos hechos en Italia en 1960, ¿los reconocéis?, sí... los Beatles

Después de la 2ª Guerra Mundial las bolas de navidad ya se vendían en sets de 12 piezas. Luego ya sabéis, lo que recordamos de los años 1970, 1980... En mi casa había bolas realmente bonitas que poco a poco los gatos, hipnotizados por la presencia del árbol, se encargaron de convertirlas en pelotas para jugar y claro, fueron desapareciendo. Y llegó el espumillón, BRILLANTEEEE, los árboles artificiales… aunque parece que desde 1880 ya se comenzaron a fabricar los árboles de navidad artificiales, pero no solo eso, también ganchos de metal para colgar las bolas y las luces. 

Yo que no soy demasiado navideña e iba a decir que si pusiera un árbol lo haría con adornos tradicionales, es impresionante el mercado de venta de adornos vintage online que hay.... pues eso, yo que pensaba que buscaría adornos tradicionales, creo que me como mis palabras porque en la actualidad se hacen auténticas filigranas de cristal o cerámica y si no mirad qué chulas:

Hay para todos los gustos y bolsillos, para los que os gustan las piedras mirad que ágatas:

En California podréis encontrar estos adornos con vida, montados en un gancho hecho a mano. Estas plantas se venden con una pequeña raíz y cuando acaban las fiestas las podéis plantar en un jardín vertical por ejemplo. Diseñadas por Flora Grubb en colaboración con la diseñadora de joyas Julia Turner. ¡Cada una es única claro!

Anda que para no querer escribir de adornos navideños... Sigo. Glack Love (www.glaklove.com) recrea escenas en bolas de cristal recortando negativos de película, sí de esos que ya ni vemos con la era digital.

Y para los aficionados a los mapas como yo, me he hecho un set recordando el viaje que en 2011 hice por Estados Unidos, y sí, está Ocklahoma, allí donde Louise llamó a su novio para que le trajera dinero y poder fugarse con Telma a México, y donde a nosotros nos detuvo la policía por ir conduciendo solo un poco más rápido de lo permitido. Louise no quería pisar Texas y yo no volveré a pasar por Ocklahoma, creo...

Marcello Jori ha diseñado para Alessi (www.alessi.com: christmas ornaments) estas bolas de navidad hechas a mano y que recrean otra tradición navideña, el Belén. El burro es genial (sí, ya sé que era una mula y un buey pero a mí me parecen una vaca y un burrito...). Si tenéis una tienda de La Oca cerca, todavía las podéis comprar. 

Las temari son unas impresionantes bolas bordadas, en este caso por una abuela japonesa de 92 años. Ha creado más de 500 diseños únicos que ha fotografiado su nieta. Es una técnica que requiere mucha destreza y que consiste en bordar pequeñas pelotas con hilo de seda, el mismo hilo que los japoneses usan para bordar los kimonos. Este arte tiene su origen en China pero son los japoneses los que lo han perfeccionado. 

CROCHET Y PUNTO

Como decía, no soy una entusiasta de los adornos navideños de crochet, pero he encontrado algunos realmente divertidos. Los primero que os enseño solo tienen detalles de punto o crochet, pero ¡qué detalles!

Pretendía hacer una entrada para todos los gustos y ahora le toca a otras forma de decorar el árbol, otras artesanías que podemos adquirir a través de las tiendas que venden productos de Comercio Justo. Como sabéis es un movimiento internacional cuyo objetivo es mejorar el acceso al mercado de los productores más desfavorecidos. El Comercio Justo facilita estructuras productivas y organizativas que priman las condiciones laborables, medioambientales y sociales, esto permite a millones de pequeños productores vivir y trabajar dignamente. 

El comercio justo ha crecido en España más de un 30% desde 2008, cada vez hay más consumidores y también más espacios donde encontrar sus productos. Hay consumidores informados y comprometidos y otros que no son del todo conscientes de los beneficios que están generando. Lo que es una pena es el descenso en el consumo de artesanía, lo que de verdad ha aumentado es el consumo de productos de alimentación. Que no decaiga el consumo de artesanía del comercio justo que además es una maravilla, sí, el café está muy bueno, pero comprando un reno como los que ya habéis visto en esta entrada y que son una auténtica filigrana, estamos ayudando a las mujeres peruanas por ejemplo, magníficas tejedoras que deberían estar contratadas por grandes firmas por su habilidad con las agujas, ya vimos cómo HeinsHome (HeinsHome) comercializaba mantas únicas elaboradas en la zona.

He elegido algunas cosas porque las posibilidades son infinitas. Las de crochet y sobre todo las de punto, son como os decía, peruanas:

Hay otros detalles preciosos hechos de papel reciclado como estos de Katmandú, Manila o Vietnam:

Y para terminar he dejado estos adornos hechos en Kenia con fibras de distintos árboles como el plátano:

¡Y ya están aqu!í. No soy muy buena anfitriona, afortunadamente este blog sí que tiene una gran anfitriona que es nuestra Personal Shopper que publica entrada en un par de días. Así que como no sé hacerlo de otra forma, para felicitar las fiestas a cada uno de los que venís a leernos, gracias porque sois muchos y cada vez más, os voy a contar dos historias que he encontrado cotilleando en los archivos de la revista LIFE y que me han parecido muy entrañables.

Cuando leí la primera no daba crédito... ¿¿¿Sabíais que existe una escuela de ayudantes de Papa Noel??? ¡pues existe! Está en la ciudad de Albion, al norte de Nueva York, la Charles Howard's Santa Claus School (www.santaclausschool.com). Fue fundada en 1937 y los aspirantes a ayudante de Papá Noel asisten durante una semana a clases para obtener su título. No os perdáis el formulario que hay que rellenar, si los asistentes repiten curso o si van acompañados por Mamá Noel, ¡tienen descuento! (www.santaclausschool.com: registration) ¡Algunos aspirantes tienen beca! y es que son los propios grandes almacenes quienes pagan el curso. Tienen que estudiar la historia de Santa Claus, cuentos de navidad y aprender a maquillarse, eso sí, mejor no usar cejas artificiales.

En 1961, Alfred Eisenstaedt, uno de los grandes fotógrafos de la revista LIFE, visitó la escuela para aspirantes a Papá Noel e hizo una serie de fotografías donde podréis ver el divertido proceso.

Alfred Eisenstaedt. LIFE

Alfred Eisenstaedt. LIFE

Alfred Eisenstaedt. LIFE

Los profesores les enseñan cómo hacer frente a las lágrimas de los peques, y es que hay algún ayudante de Papá Noel que da susto, susto... Y sobre todo cómo manejar a los niños más avispados: "Cuando veáis un brillo diabólico en los ojillos de un niño, ¡cuidado con la barba!" les enseñan en la escuela...
Aquí los podéis ver ensayando con los niños que la visitan, con los ciervos de la escuela, porque yo renos no he visto pero ciervos sí, y estos ¡son ciervos! y recogiendo su diploma.

Alfred Eisenstaedt. LIFE

Alfred Eisenstaedt. LIFE

Alfred Eisenstaedt. LIFE

Y los que de verdad se lo pasan pipa en navidades son los niños. Martha Holmes realizó en 1947 este reportaje para la revista LIFE, aunque creo que no fue publicado. La tienda de juguetes más antigua de Nueva York es FAO Schwarz, visita obligada si paseáis por la Quinta Avenida. La recordaréis por la escena de la película Big en la que Tom Hanks tocaba su famoso piano con los pies. Pues en navidades los niños podían hablar directamente con Papá Noel, y es que FAO Schwarz, no sé si lo sigue haciendo, tenía un número de teléfono, el MU8-2205, a través del cual los niños podía pedir directamente a Papá Noel sus regalos, nada de cartas, en 1947, ¡ellos hablaban directamente con Papá Noel! Las fotos son geniales.

Martha Holmes. LIFE

Martha Holmes. LIFE

Martha Holmes. LIFE

Martha Holmes. LIFE

Martha Holmes. LIFE

Y esta es mi favorita, llamando desde una cabina telefónica. La verdad es que he reconocido a algunos seguidores de este blog en estas fotos...

Me despido ya, por ahora... El crochetingclub os desea ¡FELICES FIESTAS!