it's a wonderful life. qué bello es vivir.

¡Me encanta esta captura que hizo elverdugo para su blog! Es de la escena del concurso de charlestón de Qué bello es vivir, película que Frank Capra siempre consideró su mejor película. Está basada en el cuento que en 1939 escribió Philip van Doren Stern, The Greatest Gift, como no encontró editor, lo publicó él mismo y lo envió a 200 amigos como felicitación navideña, solo que la postal tenía 21 páginas. Le he pedido a elverdugo que escriba sobre Qué bello es vivir. Digo que se lo he pedido porque ya lo dirá él seguro, no una, varias veces…

Frank Capra estaba convencido de que Qué bello es vivir iba a convertirse en la mejor película de la historia, estaba seguro de su éxito, de que había sacado todo el partido posible a la historia para convertirla en una obra que sería siempre moderna. Pero se equivocó, aunque solo en principio, el tiempo la ha situado en el sitio que merece.

En los años 30 y 40, Frank Capra era uno de los directores más reconocidos de la industria, pero tras la 2ª Guerra Mundial su habitual optimismo ante la adversidad no convencía a un público que buscaba otras cosas tras la guerra. Su estreno oficial fue el 7 de enero de 1947, público y crítica no reaccionaron bien, los que antes de la guerra adoraban “el toque sentimental de Capra”, preferían películas más realistas como Los mejores años de nuestra vida, en la que William Wyler mostraba las dificultades de los veteranos para reincorporarse a la vida civil. Capra y Wyler habían combatido en la guerra y eran socios en Liberty Films, la productora de Qué bello es vivir y cuya primera película fue Juan nadie (Meet John Doe). La película se preestrenó en el mes de diciembre para poder optar a los Oscar, no logró ninguno y sus pérdidas fueron superiores al medio millón de dólares de la época.

El estudio RKO compró los derechos para que la protagonizara Cary Grant, pero acabó vendiéndoselos a Capra y su Liberty Films. Como decía fue un fracaso en taquilla, la productora quebró con el tiempo y Capra consiguió que fuera absorbida por la Paramount que olvidó renovar los derechos de autor de la película, pasando al dominio público en 1974. ¿Qué significa esto?, que no había que pagar por emitirla. Las televisiones la programaban cada Navidad hasta que la Paramount consiguió sus derechos de distribución en 1993 y en USA solo la emite la NBC-TV.

La película se rodó en el RKO Encino Ranch, en Los Ángeles, allí se construyó la ciudad de Bedford Falls. Entre los meses de abril y julio de 1946 se alcanzaron temperaturas altísimas, y para el invierno de Bedford Falls, los habituales cornflakes pintados de blanco que se usaban para las escenas con nieve se sustituyeron por un novedoso producto: agua, jabón y un producto químico que se utilizaba para la extinción de incendios, el foamite.

La revista Life publicó fotografías del rodaje de Qué bello es vivir durante las pruebas con el nuevo invento y que he encontrado de casualidad, James Stewart parece pasarlo bien. Yo creo que ese invierno en Bedford Falls, la nevada fue importante... 

Fotos de Martha Holmes. Getty Images

En Qué bello es vivir reunió a algunos de sus habituales como James Stewart, que se alistó como piloto al estallar la guerra y llevaba cuatro años sin trabajar. Esta experiencia influyó tanto en él, que al licenciarse no tenía ánimos para volver a Hollywood y pensó en retirarse para trabajar en la ferretería de su padre, "Frank Capra salvó mi carrera", reconoció él mismo. Curiosamente también parece que fue esencial el apoyo que tuvo del veterano Lionel Barrymore, que encarna en el filme al malvado señor Potter. Qué bello es vivir descubrió a un nuevo James Stewart.

El papel que más le costó cubrir a Capra fue el de la esposa de James Stewart, que tras rechazarlo Jean Arthur, Ginger Rogers y Olivia de Havilland entre otras muchas estrellas del momento, recayó en la maravillosa Donna Reed.

El argumento, aunque seguro que todos lo conocéis, transcurre durante la Nochebuena de 1945, George Bailey, banquero de la pequeña localidad de Bedford Falls, abrumado por la repentina desaparición de una importante cantidad de dinero, toma la decisión de suicidarse. En el último momento, Clarence, un viejo ángel al que consideran poco inteligente y que por ello lleva 200 años esperando sus alas, le hace recapacitar sobre el verdadero sentido de la vida, un sensato ángel de segunda… 

Captura de elverdugo

El guión de Qué bello es vivir es una obra de arte, la primera escena que vemos de la vida de George, jugando con los trineos, ya define al protagonista. Todas las historias, cada detalle, tendrán importancia en el desarrollo de la película. George Bailey es un joven amante de la aventura pero las circunstancias de la vida le irán obligando a hacer lo que es correcto, una y otra vez George dejará marchar el tren y sus sueños. George Bailey tiene preparación, carácter y ambición, las mismas características que podrían haberle convertido en otro Potter… 

Capra comentó en su autobiografía: « No la hice para los críticos aburridos ni para los intelectuales pedantes. La hice para la gente sencilla como yo; gente que quizás había perdido a su marido, o a su padre, o a su hijo; gente que estaba a punto de perder la ilusión de soñar, y a la que había que decirle que ningún hombre es un fracasado ». Todos conocemos personas con una vida similar a la de George Bailey. Personas que renuncian a sus sueños por cumplir con su deber. Ya os dejo con elverdugo que estará pensando ¡qué plasta!.

Bien, soy elverdugo, gaveta me ha pedido que escriba algo sobre esta película por navidad y lo primero que se me ha ocurrido es ir a ver una de las cosas divertidas que tienen las películas antiguas: la crítica del New York Times tras su estreno. La crítica de Qué bello es vivir se publicó en el New York Times del 23 de diciembre de 1946, tras su estreno en el Globe Theater de Nueva York. Pero en esta ocasión la crítica del New York Times no da para mucho. Otras veces es más divertido, leer una crítica del año de la tana de una película de hace siete décadas y que el ejemplar del New York Times de ese día del año de la tana diga, por ejemplo, que la película recién estrenada es una película fallida porque no se sabe si es comedia o drama. Esas cosas. Siete décadas después cuando ya hemos visto dos mil o tres mil películas que mezclan comedia y drama... pues eso, que es divertido leer críticas publicadas en el New York Times en el año de la tana. Pero con Qué bello es vivir la crítica de 1946 del New York Times no da mucho de sí. Así que no sé por qué he contado todo esto. Ah, sí, que gaveta me pide que escriba y yo escribo. El crítico del New York Times no puso a parir la película, solo escribió que era una película demasiado sentimental e ilusoria o delusoria o delusiva para su gusto. Pero vamos hombre por dios, ¿Qué bello es vivir una película ilusoria? ¡Pero si para salvar al protagonista es necesaria la intervención de Dios, un ángel sin alas, la familia (Donna Reed), los amigos, varios milagros! ¿Exactamente qué es lo ilusorio en esta película? El New York Times, el New York Times...

Donna Reed, nacida y criada en Iowa, se plantó en Los Ángeles a los 18 años y a los 20 ya había firmado un contrato con la MGM, la Metro-Goldwyn-Mayer que siete décadas después cotiza en el Nasdaq, en la bolsa de Nueva York, en el hermoso aunque neocorintio edificio del número 11 de Wall Street que por tantas vicisitudes ha pasado... el martes negro de la debacle bursátil de 1929, por ejemplo. Todo lo cual lo he escrito para poder ir de Iowa a Manhattan en una sola frase sin un solo punto y seguido y pasando por Los Ángeles entre medias. Y todo ello está relacionado con Qué bello es vivir, una película de su tiempo, y su tiempo, década y media después, aún estaba marcado por aquella última semana de octubre de 1929 en el número 11 de Wall Street, New York, NY. Película, Qué bello es vivir, cuya acción tiene lugar en una pequeña ciudad del estado de Nueva York pero que lógicamente está rodada en el soleado sur de California, a donde se fue aquella chica nacida en Iowa al poco de cumplir 18 años. Donna Reed sí consiguió salir de su pequeño lugar natal, no le pasó como a nuestro George Bailey en Qué bello es vivir. Todo lo cual me recuerda a esa escena de El gran Lebowski en la que un detective le enseña a Lebowski una foto de la granja donde nació y creció la joven Bunny y de la que Bunny se largó para irse a Los Ángeles. El detective le enseña la foto a Lebowski y le dice: “Es la granja de su familia, está en las afueras de Moorhead, Minnesota”. Pero esa foto no es de ningún sitio de Minnesota, sino de Kansas, de la próspera granja de los Clutter, familia cuyo asesinato novelizó Truman Capote en A sangre fría. Y así me acabo de imaginar yo a Donna Reed, como la chica alocada de El gran Lebowski, que se había largado de Minnesota, o Kansas, o Iowa, para irse a Los Ángeles, solo que a Donna Reed te la imaginas en blanco y negro.

Captura de la película El gran Lebowski. La foto de esta imagen no es de Minnesota, sino de la familia de Kansas cuyo asesinato novelizó Truman Capote en A sangre fría

Tengo que reconocer que yo estoy muy agradecido a los banqueros por esas grandes películas que sin ellos no habrían sido posibles. Creo que Qué bello es vivir la financió en parte el Bank of America. Creo, no sé.

...y que John Wayne también nació en Iowa y también se fue a Hollywood. Meryl Streep no, Meryl Street se quedó en Iowa, ahí por donde los puentes de Madison. Perdona gaveta que me ponga a hablar de otras películas, que tú solo me habías pedido que escribiera algo sobre Qué bello es vivir por navidad.

Frank Capra venía de un sitio no muy lejos de Iowa. Capra venía de Sicilia, Italia. Y vino en barco. Bueno, en barco fue hasta donde había una señora más grande que el campanario de una catedral, una señora que sostenía una antorcha en lo alto. Capra tenía seis años. A partir de ahí ya el trecho hasta Los Ángeles lo hizo usando otros medios de transporte, en zig zag y tomándose su tiempo. Para el viaje en barco también se tomaron su tiempo, pero menos.

Y en realidad Donna Reed no se llamaba Donna Reed, se llamaba Donna Adams. Fue la Metro-Goldwyn-Mayer la que decidió que se llamaba Donna Reed. Y fue un préstamo de la MGM lo que hizo posible que Donna hiciera Qué bello es vivir con otra productora. La MGM prestó a Donna Reed por unos meses y la otra productora devolvió el préstamo cuando terminaron la película. En la lápida de su tumba en Los Ángeles está con el nombre que le dio la MGM seguido del apellido de su tercer y último marido. 

Tumba de Donna Reed en el Westwood Village Memorial Park Cemetery, Brentwood, Los Ángeles

Una forma de intentar explicar las cosas sería decir que América no existe, que esa cosa que llaman América es un invento de Frank Capra. Como Qué bello es vivir: un invento de Frank Capra. O, siguiendo con la prosopopeya, también podríamos decir que hay dos Américas (en realidad hay más de dos) y nadie podría decir que Capra no nos muestra otras Américas. Bueno, podrán decirlo, pero el que tenga ganas e interés siempre podrá intentar mostrarles que Capra sí se tomó la molestia de mostrarnos otra América, aunque sí, es cierto, Capra tiene el vicio de que en sus películas siempre triunfa la misma América. La otra América llega ya sin fuerzas a la última escena, pero llega, porque en esa última escena James Stewart / George Bailey ha visto, como nosotros, otras caras posibles de sus compañeros de escena, esos que le salvan en esa última escena, lo cual no es del todo alentador. Y otra forma de explicar las cosas (y ya termino con la prosopopeya) sería decir que si en la Grecia clásica hubo un Platón, es normal que en nuestro mundo haya también Platones, o Capras, en algunos mundos hay sitio para todos, claro que sí, o al menos esa sería la idea, y en esos mundos también hay sitio para algunos que hacen películas, como Capra en su mundo al que tantos, por alguna razón, llaman “América” (la prosopopeya, esas cosas). Mundo el de Capra en el que si hubiera homosexuales, por ejemplo, quizá serían seres depravados, porque no sé si he dicho que Capra no era perfecto y tenía tendencia hacia los clichés... nuestro Buñuel también era homófobo, por ejemplo, porque mucha gente es gente de su tiempo, también ahora solo que no exactamente igual que en otras épocas y es más difícil ver los ejemplos. Nuestros genes son los mismos, prácticamente. Algunos ejemplos solo dejan de ser invisibles pasado un tiempo, otros ejemplos quizá no dejen nunca de ser invisibles.

En Casablanca, Hollywood (o Burbank, Los Ángeles para entendernos), ...decía que en Casablanca, Humphrey Bogart le dice a Ingrid Bergman: “Recuerdo cada detalle, los alemanes iban de gris, tú ibas de azul”. Ese es el texto del guion, luego hay un subtexto, las palabras del subtexto no están en el guion. En el subtexto Bogart le está diciendo a Ingrid: “Creía que nos amábamos y me abandonaste sin darme explicaciones. Todavía me duele.” Pero estas palabras no las pronuncia Bogart, son el subtexto. Bogart solo dice lo que viene en el texto del guion: “Recuerdo cada detalle, los alemanes iban de gris, tú ibas de azul”. En realidad puede haber más de un subtexto, tantos subtextos como se quiera. Algunas películas ganan con los años porque ganan en subtexto, esas películas han ido acumulando subtexto durante décadas. Creo que esa frase la usó tiempo después un anciano Frank Capra para oponerse a la colorización de sus películas, “recuerdo cada detalle, los alemanes iban de gris, tú ibas de azul”. Creo, no sé, y tampoco sé qué tiene esto que ver con Qué bello es vivir, que es de lo que gaveta me había pedido que escribiera por navidad.

Este fotograma va con agradecimientos a mabelica, que nos enseñó a poner corcheas y hoy es su cumpleaños. Feliz cumpleaños mabelica.

Una de tantas escenas en las que a George Bailey le fastidian sus planes de largarse de Bedford Falls.

Otra de tantas escenas en las que a James Stewart le fastidian sus planes de largarse de Bedford Falls.

Otra 

Esta no es otra, esta es la misma escena que la anterior. Esta es la estatua de la libertad también, la señora que vio Frank Capra a los seis años viniendo en barco, aquí interpretada por Donna Reed.

George Bailey tampoco fue a la guerra, tenía mal un oído.

Pero todo el mundo estaba contento de haber conocido a George Bailey, incluida Gloria Grahame.

El taxista también estaba contento de haber conocido a George Bailey, aunque en esta escena diga que no lo conoce. Es que esta escena es de la otra película que hay dentro de la película. Al final las cosas volverán a su cauce, es decir, a esa América que es un invento de Frank Capra, según una de las versiones de la prosopopeya que comentaba antes. Una América y un mundo, el de Capra, en el que todos están contentos de haber conocido a George Bailey. Porque sí, porque a Capra no le gustaba el mundo de las escenas en las que nadie conocía a George Bailey y terminaba sus películas como le daba la gana: con milagros, un ángel sin alas, la intervención de Dios, la familia (Donna Reed), los amigos. Esas cosas. La película no es tan delusoria o delusiva o ilusoria como decía el crítico del New York Times de 1946. Coño, ¿no ve usted que ha sido necesaria la intervención de Dios y de un ángel sin alas y varios milagros para llegar a ese “illusory concept of life” que dice usted en su crítica en el New York Times de 1946? ¿Y no ve usted que la propia película nos cuenta que, sin George Bailey, quizá ese pequeño mundo de Bedford Falls habría sido otra cosa? Y no digamos ya si nos quitan a Donna Reed, que es la que realmente, y no una vez sino dos veces, sacó a George Bailey de sus apuros.

Gracias elverdugo.